«Nido de retazos», palabras para tejer la memoria

Estuvimos en la presentación de "Nido de retazos, un conjuro a la memoria", el nuevo libro de Marta Salcedo. Conversamos con la autora, quien es docente pensionada y vecina de Belén.

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Presentación de
Presentación de "Nido de retazos, un conjuro a la memoria" en el Parque Biblioteca Belén. • Foto: Comunicando Belén.
Vamos Belén

Todos tenemos una historia que nos antecede y nos da la forma que tenemos. Cada historia es una hebra que se entrelaza con otras y conforma nuestro mundo interior. Allí, en lo profundo de la memoria, la escritora Marta Salcedo encontró los hilos con los que tejió su obra «Nido de retazos, un conjuro a la memoria».

Acompañamos a Marta (más conocida por sus alumnos y amigos como Mae) al lanzamiento de este, su primer libro. Esta presentación se hizo con sus compañeros del taller de escritura Aquileo, dirigido por el escritor Carlos Agudelo Montoya y que se reúne semanalmente alrededor de las letras en el Parque Biblioteca Belén.

La presentación de «Nido de retazos, un conjuro a la memoria» tuvo lugar el pasado 30 de noviembre y sirvió también como despedida del año para los participantes del taller, quienes se van al receso decembrino con tres lecturas sugeridas y, además, con el libro de Mae bajo el brazo.

Comunicando Belén conversó con Mae acerca de su obra y sobre el oficio de escribir.

–C.B. Mae, cuéntanos brevemente en qué consiste «Nido de retazos, un conjuro a la memoria».

–Mae: El libro «Nido de retazos, un conjuro a la memoria» es una obra que nace de la necesidad de desentrañar la historia de la familia Blandón. Familia campesina, pionera en  el proceso de fundación y en el desarrollo del corregimiento de Palermo en Támesis, Antioquia.

Es una obra con una narrativa sencilla, con carga costumbrista y con un gran trasfondo histórico y geográfico de la región del Suroeste Antioqueño.

No es una novela: es un relato colmado de escenarios, viajes, retratos, biografías, planes y planos, genealogías, cuentos, leyendas y anécdotas. Es una narrativa escrita a tres a voces, las de las mujeres que transitaron las misma huellas de los ancestros y que forjaron lo que soy hoy yo, Marta Cecilia Salcedo, como mujer, como escritora y como amante de la historia.

–C.B. ¿Por qué elegiste que el peso de la narración recaiga sobre tres mujeres?

–Mae: En el siglo XIX y principios del XX, la voz de las mujeres no poseía valor alguno frente a la cultura machista del momento histórico. También es cierto que en el trasegar de la vida se pierde la participación de la mujer en las decisiones que formaban un territorio cualquiera, se pierde frente a los actos heroicos y de valentía de los hombres.

En este relato de familia, las mujeres cobran valor y empoderamiento en las situaciones que permitieron estructurar las familias antioqueñas, ya que ellas hicieron un aporte al nacimiento de los nuevos poblados de Antioquia en los periodos de la colonización.

Marta (Mae) Salcedo exhibe con orgullo un ejemplar de su obra "Nido de retazos, un conjuro a la memoria". • Foto: Comunicando Belén.
Marta (Mae) Salcedo exhibe con orgullo un ejemplar de su obra «Nido de retazos, un conjuro a la memoria». • Foto: Comunicando Belén.

–C.B. ¿Cuál fue la parte que más disfrutaste escribir y cuál fue la que más trabajo te costó?

–Mae: Escribir sobre tu propia historia te permite descubrir esos primeros pasos de quienes te antecedieron. Para mí fue todo un goce, pero el adentrarse en esa caja de Pandora que es descubrir secretos familiares –que por años estaban ocultos por temor o por vergüenza–, logró aumentar más mi interés en volver en el tiempo e imaginarme las situaciones y a cada personaje. Por eso el libro me dio para escribir esta historia. Pero tras  cada personaje encontré mundos realmente magníficos: de poder, de gloria, de fracasos, de duelos y sobre todo de secretos que darían para escribir mil historias más.

–C.B. Háblanos sobre el proceso editorial. ¿Cómo fue ese tránsito del manuscrito original hasta el libro en físico?

–Mae: El tránsito de la idea al libro pasó por un proceso inicial de la necesidad que tenía  mi madre, Josefina Blandón Hernández, mujer que ya tiene 87 años y es la última de la quinta generación de la familia Blandón; con ella, en caso de fallecer, se irían esas historias que tenía desde su infancia. Fue ella quien me impulso a iniciar este proceso escritural.

Luego, al encontrar que cada historia tenía que ser justificada, me vi en la necesidad de buscar documentos válidos y sustentarlos con fotografías. Todas las historias contadas tienen un acervo real. Eso me llevó después a buscar en los archivos históricos de Antioquia sobre el poblamiento del suroeste, a investigar en cada poblado quiénes podrían haber sido mis antecesores.

Tras esto ya había la necesidad de buscar los certificados o documentos parroquiales y/o de notaría que le dieran certeza a lo que estaba escribiendo. Después me puse en la tarea de buscar esos rostros de los que habla la historia en los archivos de fotografías. Fue ahí cuando realmente empecé el viaje para conocer a mis ancestros, un viaje que se hizo a través del tiempo durante dos años: 2020 y 2021, años de pandemia y de incertidumbre.

Parte de la investigación para "Nido de retazos, un conjuro a la memoria" incluyó la consecución de fotografías como esta, en la que aparece la finca La Palestina (lugar de las historias narradas en la obra). • Foto: Cortesía Marta Salcedo.
Parte de la investigación para «Nido de retazos, un conjuro a la memoria» incluyó la consecución de fotografías como esta, en la que aparece la finca La Palestina (lugar de las historias narradas en la obra). • Foto: Cortesía Marta Salcedo.

Ya redactado el texto, se inició el apoyo de lo escrito con las amistades que le dieran el visto bueno. También se contactó al escritor que realizaría el prólogo (Hernán Rincón Rincón).

Se supone que un texto antes de ser publicado pasa por una serie de filtros que tienen un gran costo monetario:

  • Lector literario
  • Corrector gramatical
  • Corrector de estilo
  • Diagramador
  • Diseñador de portada
  • Editor y litografía

Bien o mal, uno posee amigos que en su medida me hicieron el gran favor de hacer alguna parte de los filtros y por fin se logró un texto presentable, un libro que ha sido regalado a cada uno de los miembros de la familia para que ese pasado no se pierda en la nube del olvido, y asimismo regalado a los amigos para que descubran las huellas dejadas por la familia Blandón en los caminos de herradura desde el oriente hacia el suroeste de Antioquia, en pleno momento histórico de la colonización.

–C.B. ¿Qué recomendaciones les darías a las personas que quieren escribir sus historias pero todavía no se animan?

–Mae: Solo algunas palabras: no lo piensen. Arriesgarse a escribir sus propias historias no solo es un acto terapéutico, sino que es un acto de amor con sus antepasados, de reconocimiento del sentido de su propia existencia. No teman tomar un teclado y a ojo cerrado empezar a escribir. No se preocupen por los errores: realícenlo como si estuviesen contando su historia alguien. Luego de sacar las palabras de las entrañas y las historias de su memoria, podrá sentarse con calma y empezar a corregir y reescribir, y posiblemente el  mismo escrito empezará a pedirte lo que le falta, tal y como me ocurrió a mí.


El taller de escritura Aquileo se reunió de manera presencial cada martes en el Parque Biblioteca Belén durante 2021. Su programación para el año 2022 está sujeta a la planeación interna de la biblioteca, por lo que a la fecha no está definido que continúe en los mismos días. Para mayor información, puede comunicarse al (604) 557 1208.

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