Con la llegada de las festividades navideñas, la Alcaldía de Medellín hace un llamado a celebrar sin el uso de la pólvora, una práctica que tiene graves consecuencias para los animales, las personas y el medio ambiente. Las detonaciones no solo generan pánico y estrés en la fauna doméstica y silvestre, sino que ponen en riesgo su vida, lo que desestabiliza los ecosistemas locales y afecta a quienes son más sensibles al ruido.
“Como Alcaldía invitamos a celebrar estas fiestas de una manera responsable, debido a las grandes afectaciones que trae la pólvora para nuestra fauna tanto doméstica como silvestre. Estamos apostándole a un distrito libre de pirotecnia donde el bienestar animal y el respeto por las formas de vida sean el centro de nuestra celebración”, expresó Elizabeth Coral, Subsecretaria de Bienestar y Protección animal.
Subsecretaria de Bienestar y Protección animal
Los animales poseen una capacidad auditiva mucho más aguda que la de los seres humanos. Mientras que las personas perciben frecuencias entre 20 y 20.000 hertz (Hz), los perros pueden captar hasta 60.000 hertz (Hz) y algunas aves alcanzan más. Esta sensibilidad, que les resulta esencial para sobrevivir, se convierte en un problema cuando están expuestos al estruendo de la pirotecnia.
El sonido explosivo lo interpretan como una amenaza, lo que puede desencadenar comportamientos de pánico, desorientación y huidas descontroladas que aumentan el riesgo de accidentes. Fisiológicamente, la exposición a la pólvora puede provocar desde taquicardia hasta convulsiones y, en casos extremos, la muerte.
La fauna silvestre también sufre gravemente. Muchas aves, al ser perturbadas por el ruido, abandonan sus nidos, dejan a sus crías sin protección ni alimento. Las especies migratorias, ya agotadas por largos viajes, no encuentran el descanso necesario para continuar sus recorridos, lo que arriesga su supervivencia. Además, los gases tóxicos de la pólvora contaminan los hábitats naturales y afectan toda la biodiversidad.
Ante esta realidad, se invita a la ciudadanía a reflexionar y optar por formas de celebración más responsables, que no impliquen sufrimiento animal ni impacto ambiental. Crear un espacio seguro para perros y gatos en casa, cerrar ventanas para amortiguar el ruido, usar música relajante y acompañarlos durante los momentos de mayor estruendo son acciones simples que marcan la diferencia.
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