Daniel López
Estudiante de Tecnología en análisis de costos y presupuestos
ITM
Con el inicio de la distribución de vacunas contra el coronavirus muchas personas han recuperado el positivismo. Sin embargo, estos son en América Latina los retos frente al coronavirus covid-19.
Sin embargo, económicamente continúa habiendo incertidumbre sobre cómo y cuándo se reactivará el empleo en su totalidad.
Las personas más afectadas por el desempleo que alcanzó el 10 % en la región de Latinoamérica, fueron los trabajadores informales que viven al día y que no están contabilizados en las estadísticas que se han realizado.
Aunque la economía vuelva al punto en el que estaba, hay indicadores como la pobreza o el empleo que tardarán más en recuperarse.
Según advierte la Organización Internacional del Trabajo, OIT, en 2021 el desempleo podría subir hasta un 11,2 por ciento, y afirma que hemos retrocedido diez años en diez meses.
Por eso se debe aceptar el desafío de lograr un crecimiento económico de la mano con el empleo, buscar fortalecer este aspecto de modo que la productividad aumente y la calidad de vida de las personas vuelva a una estabilidad.
Qué dice la CEPAL
Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, CEPAL, hay varios riesgos a enfrentar.
El virus y la vacuna
La variabilidad de la pandemia y la aún incierta disponibilidad de la vacuna son factores preocupantes.
Retiro de las políticas de estímulo monetario y fiscal
La eliminación de los estímulos fiscales y las medidas que han tomado los bancos centrales para empujar el proceso de la recuperación, podrían truncar el crecimiento ya que se notaría su ausencia en la liquidez con la que cuenta el estado.
Caída de las condiciones financieras mundiales
El crecimiento estimado para América Latina depende también en gran medida de cómo está la situación económica global; para los países más pobres, el acceso a un financiamiento es fundamental y las posibles depreciaciones de la moneda son aspectos que a nivel global podrían repercutir en nuestra región.
El aumento del desempleo, la pobreza y la desigualdad en varios aspectos podrían intensificar las tensiones sociales que antes ya venían sacudiendo la sociedad, afectando así su actividad económica.
A esto se suman las fricciones que tienen países en materia de tecnología y comercio.
Todo esto a pesar de sonar desalentador se debe ver como una oportunidad, se puede direccionar el desarrollo a uno más inclusivo y sostenible.
Esta pandemia nos hizo caer en la cuenta de los verdaderos problemas que tiene nuestra América Latina, problemas que hace varios años debimos tocar, para hacer que este tipo de situaciones no nos dejen en situaciones tan alarmantes.