El posicionamiento y crecimiento de una empresa no depende solo de que sus empleados cumplan con sus obligaciones y sus directivos vigilen el trabajo de quienes hacen parte de la organización. A ello se suma un esquema de direccionamiento que tiene el propósito de facilitar y acompañar la toma de decisiones.
“El gobierno corporativo es el sistema por el cual las empresas son dirigidas, gestionadas y controladas. Es el sistema a través del cual se toman las decisiones, se definen estrategias y el norte hacia el cual se va a dirigir la empresa”, explica María Marulanda, gerente de Gobierno Corporativo de EPM.
Este modelo de manejo empresarial tiene varios actores, entre ellos el propietario o propietarios, la junta directiva y la presidencia, gerencia o dirección (según sea su nombre en cada organización). Cada uno de estos asume roles que deben estar claramente definidos en las normas internas.
“A través de los órganos de gobierno se controla que se cumplan los objetivos y metas, que se gestionen los riesgos de manera adecuada y se garantiza la existencia de un adecuado equilibrio entre todos los tomadores de decisiones”, indica Marulanda.
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Miguel Córdova, profesor del Departamento de Ciencias de la Gestión de la Pontificia Universidad Católica de Perú, dice que otro aspecto clave del gobierno corporativo es que garantiza un balance de poder. Para ello, explica, “es muy importante la composición diversa de la junta directiva, pues le va a permitir a la organización obtener información y recursos valiosos de distintos ámbitos: económicos, sociales y políticos, y puede servir para una toma de decisiones más efectiva”.
En el caso de EPM, por ser propiedad del Municipio de Medellín, son los ciudadanos los propietarios de la empresa. En esa vía es el alcalde sobre quien la ciudadanía delega la responsabilidad de designar al gerente y a los miembros de la junta directiva. También es el alcalde quien, a su vez, a asume la presidencia de ese máximo órgano de dirección.
Al respecto, María Alejandra González Pérez, profesora de la Escuela de Administración de la universidad EAFIT, recuerda que “existen las veedurías públicas y también mecanismos de acción mediante movimientos sociales o a través de acciones de la sociedad civil”. Esto, según González, garantiza que se preserven los intereses generales de la ciudadanía.
En el mismo sentido, la gerente de Gobierno Corporativo de EPM afirma que “los ciudadanos tienen un rol fundamental en ese gobierno corporativo. Su papel es cuidar a su empresa, apropiarse de ese rol de dueños y exigir que se cumplan todas las prácticas que buscan garantizar que sea sostenible, permanezca en el tiempo y pueda crecer”.
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El modelo de gobierno corporativo de EPM se consolidó en 2007 con la creación del Convenio Marco de relación entre la empresa y el Municipio de Medellín. Aunque ya había antecedentes, ese acuerdo formalizó la búsqueda de una mejor articulación entre la Alcaldía como propietaria, y las funciones de la empresa, principalmente la de garantizar la prestación de los servicios públicos con calidad, continuidad y cobertura. Además, garantizar las transferencias que EPM entrega a la administración municipal para inversión social.
“EPM es el segundo grupo empresarial más grande del país, y es un grupo multilatino gracias a que el gobierno corporativo ha ido apalancando ese crecimiento, que termina en unas mayores transferencias para el municipio de Medellín. Ese modelo le ha permitido también tener una gestión empresarial técnica, algo muy importante, pues EPM es un modelo empresarial público referente para el mundo”, afirma Marulanda.