El salón huele a pintura secándose, pero también a calor de hogar, a tranquilidad y paz. Muchos colores llegan a la retina desde todas partes, pues también es una pequeña galería que alberga obras de quienes han pasado por allí.
En este salón coinciden Yolanda Villa Alzate y María Consuelo Vega Ariza. Ambas comparten muchas cosas, pero sobre todo tres: su amor por el arte, el cultivo de la paciencia y la necesidad de ocupar su tiempo libre.
El arte como transformador de vidas
Yolanda es enfermera profesional. Ahora que la vida laboral ya no es una prioridad, ha encontrado en la pintura y en las artes un potencial para el uso productivo de su tiempo. Para ella el arte es una forma de expresión y una herramienta de bienestar.
“Es una manera de expresarme en muchos momentos de la vida. Uno tiene momentos de alegría, también hay momentos de ansiedad, ratos de estar sin ninguna actividad. Entonces es una manera de ocupar el tiempo de una manera productiva, de descanso para la mente, de relajación para el cuerpo”, afirma sin dudarlo.
María Consuelo, oriunda de la Guajira, también encontró en este taller creativo su refugio para aprovechar el tiempo, expresar lo que siente y compartir con otras personas.
“La pintura es la expresión de los sentimientos. Y también la vivencia que uno ha tenido. Uno va trabajando y va enfocando los temas por las experiencias que uno ha tenido en la vida y lo que arrastra, lo que trae, con lo que uno ha crecido: el vecindario, puede ser un atardecer, un amanecer, la misma persona, la tristeza. Pero a mí no me gusta dibujar la tristeza sino la alegría y lo colorido, la naturaleza –mi tema preferido–“, dice María Consuelo con un brillo marcado en sus ojos.
Ambas, además, tienen un objetivo en común: aprender a cultivar la paciencia. Para esto se valen de sus pinceles y, con cada trazo diminuto, aportan nuevos detalles que al final se entrecruzan en un solo sueño: la obra concluida.
El Club de Pintura de Comfama es una familia
Todos los miércoles, Yolanda, María Consuelo y otras personas se reúnen con la profesora Sandra. Dedican 6 horas a la semana para aprender sobre la técnica, para escuchar las opiniones de otras personas y, especialmente, para compartir.
Sobre sus compañeras, María Consuelo aporta una observación. “Casi siempre son las mismas; de todas maneras unas entran, unas salen, pero en los 8 años que yo llevo acá hay unas compañeras que han sido las mismas siempre, nos hemos encontrado en este grupo o en el de los martes (cuando estaba), o en el de los jueves también”, cuenta con alegría.
Para Yolanda, el grupo que se ha conformado es más una familia que un conjunto de personas con un interés en común. “Para mí Comfama es otro hogar, nos constituimos en familia y es un hogar para todos los estudiantes, para las personas que busquemos este recurso. Aquí nosotros nos sentimos tranquilos, disfrutamos del ambiente, disfrutamos las personas, la compañía, la sociabilidad y los valores”, puntualiza mientras va mirando en derredor, como buscando la muda aprobación de sus compañeras.
Todo esto hace parte del enfoque humanista con que Comfama orienta su oferta de aprendizaje, lo que hace que la experiencia sea mucho más que el aprendizaje de técnicas o herramientas. Es por eso que en esta familia se forman artistas con sensibilidad, empatía y mucha creatividad.
¿Por qué elegir el curso de pintura de Comfama?
Ambas artistas han probado con diferentes cursos relacionados con las manualidades. Yolanda hizo curso de bordado y le gustó, María Consuelo estudió incluso joyería. Pero ambas terminaron encontrándose en el curso de técnica mixta de pintura en óleo.
Yolanda expresa que es “una manera de ocupar el tiempo de una manera productiva, de descanso para la mente, de relajación para el cuerpo”. Y claro: también es una oportunidad de socialización y de compartir. Como lo dice ella misma, “muchas cosas me han gustado. Son los valores humanos, la calidad del ser humano, de las personas con las que comparto estas seis horas los miércoles”.
En el caso de María Consuelo, tuvo también en cuenta dos aspectos prácticos a la hora de inscribirse. “Averigüé en muchas partes y encontré que en Comfama era con profesores egresados de universidades, muy profesionales… y más favorable, porque aquí a uno le cobran de acuerdo con las categorías que existen”, recuerda.
Además, María Consuelo recomienda el curso porque también puede ser una fuente de ingresos. “Recomendaría este curso a alguien de la comunidad porque encuentra una familia, se distrae, utiliza bien el tiempo y además de eso puede tener una fuente de ingresos, porque de aquí yo tengo compañeras que han vendido cuadros muy bien vendidos. No se trata de crear para vender, sino de crear para disfrutar lo que uno está haciendo”, concluye, subrayando con la voz esa última parte.
¿Cómo acceder al curso de pintura en Comfama?
Si a usted le interesa aprender o practicar sus conocimientos en artes plásticas, en especial en pintura, Comfama le permite variedad de sedes y horarios, con un precio accesible y mucha calidad humana.
Hay cursos para niños y para adultos, así que la edad no es una disculpa.
Para conocer más sobre la oferta y matricularse, puede hacer clic en este enlace y visitar la Tienda Comfama. Allí podrá seleccionar curso, sede y horarios.
Si prefiere hacerlo de manera presencial, puede solicitar asesoría en la sede Comfama Los Molinos, ubicada en el piso 3, zona Bosque. El Centro Comercial Los Molinos está en la calle 30A # 82A-26, en la comuna de Belén.
También puede obtener más información en las líneas telefónicas 604 360 7080 (Medellín y alrededores) y 018000 415 455 (resto del país).
Con el apoyo de