Texto y fotos: Steve Jota
Todo empezó como una materia en la universidad, en la cual nos enseñaron cómo con una caja de galletas se podía construir en una cámara fotográfica… el secreto: luz y tiempo.
Me enamoré perdidamente de la fotografía, no sé si por lo mágico que me parecía controlar la luz y el tiempo o por darme cuenta que podía contar historias con imágenes.
De a poco pude comprender la gran responsabilidad que era hacer fotos, así de cómos podían servir de herramienta de cambio social o como herramienta para crear arte o simplemente para sumergirme en mi mundo y divertirme.
Aquí radica la amplia gama y el cómo la fotografía seduce a tantas personas. Son muchas las vertientes que existen.
Lo mejor de todo es que la fotografía no discrimina entre gustos, profesiones u oficios.
Todo aquel con una cámara o un celular puede hacer fotos; desde el más joven hasta el más viejo. Es una actividad que todos podemos realizar y con ella plasmar nuestros gustos, nuestro mundo, nuestra forma de observar.
Médicos, arquitectos, chefs, estudiantes, todos pueden complementar su labores con la fotografía. No hay límites, pero sí una gran satisfacción.
Se empieza por diversión: fotografiamos todo lo que nos parece bonito y así poco a poco nos encaminamos por unos temas o un estilo.
Sin darnos cuenta las cosas más bonitas de nuestra vida se logran cuando estamos con la cámara; la sensación de euforia por lograr una buena foto, compartir con amigos, ayudar a las personas y todo gracias a la fotografía.
Gracias a este oficio pude acercarme a cientos de personas, conocer sus historias, vivir sus realidades, sensibilizarme con el mundo donde habito y entender que cada relato es importante.
Así es como de a poco la fotografía me cambió la vida; no solo salía todos los días con una cámara, si no que entendí que podía ayudar con ella o, al menos, sacarle una sonrisa a alguien.
No importa si buscas lo bello, lo abstracto, el cambio social o simplemente distraerte. La invitación es a que hagas fotos, sientas el poder que tiene y todas las emociones que se pueden obtener con una cámara. Tu mundo nunca volverá hacer igual cuando lo veas a través de un lente.