Las historias son para contarlas… y esta ocurrió en los olímpicos de Sídney, año 2000.
Lo que se vio
Era el 19 de septiembre y en las tribunas del complejo olímpico de natación, los miles de asistentes no podían creer lo que estaba sucediendo: la piscina era solo para un nadador en las pruebas de clasificación de los 100 metros libres. Él, de 22 años, luchaba solo contra ese gran océano y por momentos perdía sus fuerzas, sus sueños, su batalla, sentía el ahogo… pero fueron esas voces de aliento, esos go!, go!, go! del público y sus aplausos quienes lo llevaron a la orilla y allí exclamar para sí mismo la palabra “lo logré”.
En ese instante, todos los medios de comunicación se volcaron hacia ese sitio para llevar la noticia al mundo, para contar (algunos con asombro y otros en tono de burla) que había hecho los 100 metros libres en 1:52:72 (casi dos minutos), cuando la marca mundial y olímpica estaba en 00:48:18 (es decir, menos de un minuto). Incluso su marca fue superior al registro mundial de los 200 metros libres, o sea que se demoró más que los deportistas que recorren el doble de la distancia.
Para su sorpresa, este resultado le cambió la vida, pero para bien.
Lo que no se vio
Ocho meses antes, en Guinea Ecuatorial se lanzó una convocatoria para hacer pruebas y seleccionar a un nadador que los representara. Esto se dio gracias al apoyo del Comité Olímpico Internacional a naciones menos desarrolladas para que enviaran atletas a ganar experiencia olímpica y solo se presentó un joven de 21 años llamado Eric Moussambani.
Eric, quien no obtuvo su cupo como atleta, aprovechó esta oportunidad y empezó a entrenar fuertemente en la piscina de un hotel en Malabo y poco le importó un pequeño detalle: esta tenía 20 metros de largo. Sin embargo, podían más sus ganas de asistir a unos olímpicos y así, el 15 de septiembre del 2000, Moussambani entró en el Estadio Olímpico de Sídney junto con otros 3 atletas de Guinea Ecuatorial (un hombre y dos mujeres) siendo el abanderado.
Tuvo cuatro días para preparase, jamás había visto una piscina olímpica, entrenaba al lado de los mejores del mundo, un técnico sudafricano le dio varios consejos como el dar el “golpe” para regresar luego de los 50 metros iniciales. Llega la fecha de las clasificaciones y junto a Eric hubo dos jóvenes más, uno de Niger y otro de Tayikistán, pero estos fueron descalificados por salida en falso… y ahí tenemos a Eric Moussambani, solo contra el mundo, contra ese océano y es por eso que repetimos sus palabras: lo logró.
Con afecto: el Guari Montoya.