Colaboración Sebastián González Pérez
Estudiante Ingeniería Mecánica, Universidad Pontificia Bolivariana
Desde sus comienzos la radio en Colombia ha sido un pilar fundamental en la vida de todos nosotros, ésta nos ha acompañado mañana y tarde informándonos y entreteniéndonos, incluso contaba con más seguidores que la televisión.
Antes de aparecer los medios modernos como la televisión digital, el Internet, la telefonía celular y fija, una de las formas de llevar las noticias y el acontecer nacional fue a través de la radio, incluso por este mismo medio les informaban a las personas en las veredas recados de todo tipo; para los vigilantes, noctámbulos o para todo aquel que tenía que pasar la noche trabajando, quien más que la radio para acompañarlos y estar informado y entretenido.
La radio deportiva tenía su porción grande en esta gran torta de las ondas de radio, los partidos de fútbol, el ciclismo, el boxeo, los olímpicos o certámenes nacionales e internacionales, fueron por mucho tiempo lo más importante y relevante que captaba toda la atención de los oyentes; ya con la llegada de los medios masivos acompañados de una gran variedad de contenidos se fue desplazando a la radio que día a día, domingo tras domingo era una compañía obligada.
Con la llegada de nuevas tecnologías como los Mega-bit, la fibra óptica, los nodos, los enlaces, las comunicaciones masivas, en fin, todo ese nuevo lenguaje que revoluciona y transforma la forma de comunicarnos y de enviar y recibir una gran cantidad de información simultáneamente, hace que ya la vida se vuelva más acelerada y caótica, porque no sabemos cómo asimilarla, pero sin desconocer que a su vez es práctica porque nos abre un gran abanico de posibilidades.
Pero quién creyera que a ese medio que no desaparece… la radio, le llegara un «airecito», un respiro importante para que sin dudar se pueda aprovechar esta coyuntura, para que puedan mejorar sus economías, que les lleguen patrocinadores importantes, todo esto debido a que ahora por el fútbol profesional colombiano se debe contratar por verlo, y no todos los aficionados tienen la posibilidad de pagar o no desean pagar.
A la radio y a los aficionados al fútbol les llegó la hora de reconciliarse, para los primeros para cautivarlos con un contenido importante como lo hacían antes y para los segundos una oportunidad para escuchar los partidos en casa, en los parques acompañados de sus amigos.
A la radio colombiana le llegó su momento… Recibe un «airecito», volvamos a escuchar la Radio.